Nuestra particular visión de Bertolt Brecht 2024
Hace algunos años en una de las presentaciones del curso de interpretación, Pilar, mi compañera de trabajo y amiga desde hace 30 años dijo que éramos la guerrilla del teatro, y aunque me asustaba pensar entonces en ello, estaba convencida de que quizás, necesitábamos ser más puristas, tener una metodología de enseñanza estricta, muy acotada, muy clara, precisa y que esa seria nuestra seña de identidad, nuestra firma y nuestra única metodología, y me esforzaba mucho por encontrarla, por buscar la metodología perfecta, la que valiera para todos mis alumnos y para todo tipo de estilos teatrales…. Ahora tengo la firme convicción de que no la hay y por lo tanto, no hay una definición mejor para nuestra metodología, me ponga como me ponga.
En un libro que he leído recientemente de Austin kleon, él defiende que no hay nada mejor que ser amateur, en el sentido de lo que significa amante, y que al autodenominarnos así, significa que amamos nuestra profesión, la amamos incondicionalmente.
Otra cita de Chaplin dice:
«solo podemos ser aficionados, no hay tiempo para nada más»,
Estas reflexiones me hace sentir casi orgullosa de esta definición: somos la guerrilla del teatro.
En la escuela no somos puristas, tenemos una mezcla de profesorado que ofrecen conocimientos variados y diversos, adquiridos en años de aprendizaje, de leer, de probar, de enseñar, de ser permanentemente alumnos, y que lo único que nos une es el deseo profundo de que los alumnos de interpretación aprendan, comprendan y sean felices en ese proceso.
Y llamamos felicidad a encontrarse con ellos mismo, a descubrir un modo nuevo de mirar a los demás y al mundo. A que no nos recreemos en el dolor ni en las heridas.
Un estudiante de interpretación ya es por sí mismo un ser habitualmente frágil, Guillermo, el director de la escuela, dice siempre que los actores son raros ya por el hecho de ser felices siendo otros, y tiene razón, hay algo de locura, algo de infantil y algo de inmadurez quizás en el acto de interpretar, que por otro lado lo traducen como “jugar” en muchos idiomas.
Estos alumnos que acuden a la escuela, se merecen que busquemos el mejor método para convertirles en actores. Y quien se empeñe en que hay un solo camino, o un único método creo que se equivoca. Somos todos diferentes y hay que ir buscando lo que puede ayudar en cada momento.
La guerrilla del teatro y la interpretación, eso significa, no parar nunca, no creer que esto de la interpretación es una disciplina inmóvil, sino viva, que cambia con los años e incluso cambia con el grupo, según lo que va necesitando.
La guerrilla son profesores que indagan en otros teóricos, que leen, que asisten a clases, y ven teatro, que van cogiendo de aquí y allá lo que intuyen y piensan que puede ser válido, lo que es interesante, lo que puede facilitar y mejorar el trabajo de los alumnos.
Nuestra metodología la clasificamos de «la emoción pura». Algo creado en la escuela y que seguimos suscribiendo, pero no se queda allí, está llena de ejercicios de Grotowsky, de Michael Chejov, de Anne Bogart, Meisner, Laban y de otros muchos. Incluidos todos nuestros profesores que han ido incorporando métodos de trabajo y ejercicios a lo largo de los años. Creando conexiones y puentes, uniendo nuestras experiencias con otras.
Aprovecho para agradecer a todos los profesores que han pasado por la escuela y han ido incluyendo muchas pequeñas metodologías que han convertido a metropolis en lo que es.
Desde aquí os animo a todos los alumnos a aumentar vuestro imaginario, a coger lo que os valga y desechar lo que no os funcione. No daros nunca por vencidos e id elaborando vuestro sistema. Copia lo bueno de tus compañeros o tus ídolos, interésate por cómo lo hacen otros. Siendo serios, comprometidos e inquietos… Llegareis donde queráis. Y no olvides compartir siempre sin temor a ser copiado.
Recuerda que interpretar es un acto de generosidad.
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